Control de la morosidad: ¿cómo reduzco las deudas?

El control de la morosidad es imprescindible para evitar perjuicios a las empresas, pymes y autónomos. La morosidad supone de hecho un riesgo muy elevado para cualquier empresa, que puede verse ahogada por las deudas acumuladas hasta el punto de poner en serio riesgo su viabilidad a corto plazo.

Ya sabes que puedes hacer tu reclamación de deudas e impagos en PayPymes, y que gracias a nuestra experiencia podemos recuperar tu dinero; pero, ¿qué hacer para evitar llegar a esa situación? ¿Cómo afronto la morosidad? ¿Qué hago si me encuentro ante una situación de impago por parte de un cliente? Veámoslo.

¿Qué es la morosidad?

Antes de saber qué es el control de la morosidad, debemos empezar por el principio: ¿qué es la morosidad? Entendemos por morosidad la situación en la que un deudor incumple sus obligaciones de pago en la fecha establecida previamente (por acuerdo o por ley); a partir de entonces, esa persona -física o jurídica- se denomina moroso, y puede ser incluido en una lista o fichero de morosidad.

No obstante, para que una persona o una empresa sea reconocida como morosa, es necesario que exista un documento legal y en poder de ambas partes que reconozca la existencia de la deuda y la obligación del deudor de satisfacer los pagos en la forma y tiempo acordados. Si tal documento no existe, a efectos legales la deuda tampoco, y por tanto no se puede reclamar.

¿Cómo se mide la morosidad?

El riesgo de morosidad se mide por medio de la tasa de morosidad, que es un porcentaje permite conocer la proporción de créditos con riesgo de impago respecto al total de créditos acumulados, y sirve para analizar la salud financiera de una empresa o una persona. Se considera que un crédito tiene riesgo de impago cuando acumula más de 90 días sin pagarse, o también aquellos en los que el deudor tiene poca solvencia.

Dependiendo del riesgo de morosidad o impago que se asuma respecto del deudor, se establecen varios tipos de riesgo de morosidad:

  • Normal: es el riesgo que se asume normalmente ante cualquier deuda, pero que cuenta con avales suficientes y se prevé que sea saldada en el plazo previsto.
  • Dudoso: cualquier deuda que acumula sin pagarse más de 90 días.
  • Fallido: es típico de operaciones financieras; se produce cuando existen dudas sobre la recuperación de los fondos, por lo que se da de baja el activo.
  • Subestándar: es una operación incierta que puede representar además una pérdida importante para el acreedor.

¿Qué es la gestión o control de la morosidad?

Como hemos visto, la morosidad es un peligro latente cuando tenemos una empresa o somos autónomos y estamos pendientes del cobro de varias facturas de clientes. Las facturas impagadas pueden disminuir el flujo de efectivo y poner en riesgo la viabilidad de nuestra propia empresa.

Para evitar esto, es necesario tener una buena política de crédito y llevar a cabo una correcta gestión de la misma, que son todas aquellas acciones encaminadas a prevenir los impagos y cobrar las deudas pendientes de clientes. De esta forma, al actuar de manera preventiva y con una estrategia continuada, se minimizan los riesgos para la empresa y se garantiza su viabilidad a medio y largo plazo.

¿Qué pasa si te meten en una lista de morosos?

En caso de que no haya existido un correcto control de la morosidad, cabe la posibilidad de que a una persona o a una empresa se le incluya en una lista de morosos. De ser así, puede sufrir todo tipo de consecuencias en su actividad cotidiana, desde simplemente tener dificultades para contratar una línea de teléfono, hasta tener problemas para solicitar un préstamo de pequeña cuantía. Para empezar, es difícil abrir una cuenta para morosos, muchos bancos rechazarán la solicitud o, en el mejor de los casos, impondrán duras condiciones.

Una persona o una empresa incluida en una lista de morosidad tendrá también problemas para solicitar una tarjeta de crédito, o para pagar a plazos sus compras; en el caso de las empresas, además, pueden quedarse fuera de ayudas estatales gestionadas a través de bancos, como los créditos ICO. Por último, no olvidemos que muchas sociedades verifican las listas de morosos antes de hacer tratos con otras empresas, por lo que si una empresa está en estos listados podría perder muchos clientes potenciales.

¿Cómo saber si estás en la lista de morosidad?

Como ya hemos mencionado, la inexistencia de un control de la morosidad conlleva la posibilidad de aparecer en una lista de morosos. En resumen, y en términos bancarios, una persona física o jurídica que acumula tres recibos sin pagar se considera morosa; los ficheros o listas de morosos utilizan este mismo concepto para incluir en sus bases de datos a empresas y particulares que no han pagado sus deudas. Las listas de morosidad más conocidas son el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) para sociedades con más de 300 euros de deudas, y el registro ASNEF que incluye tanto a empresas como a particulares.

Otro listado famoso es la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), que incluye cualquier crédito bancario impagado, así como las listas de grandes morosos fiscales que publica Hacienda anualmente. Todas estas listas son públicas, por lo que cualquiera puede consultarlas; tienen la obligación de informar a las personas y empresas incluidas en sus listas en un plazo de 30 días, por lo que dispondrás de este plazo para pensar cómo reducir tus deudas bancarias y evitar aparecer en ellas.

Ahora bien, ¿cuánto tiempo puedes estar en un fichero de morosos? Cualquier deuda con más de 6 años de antigüedad prescribe, por lo que pasado ese tiempo se puede solicitar la baja automática. También es posible saldar antes la deuda, pero puede pasar un tiempo hasta que la baja del listado se haga efectiva.

¿Qué hacer ante un caso de morosidad?

Cobrar las deudas de un cliente moroso porque este no hay efectuado un buen ejercicio de control de su índice de morosidad puede ser todo un quebradero de cabeza en ciertos casos, por lo que es necesario tener una estrategia clara ante este tipo de situaciones. Lo mejor es siempre optar inicialmente por la vía extrajudicial, y si esta falla, acudir entonces a los tribunales. Algunas opciones para cobrar una deuda antes de acudir a los tribunales son:

  • Solicitar el cobro por vía amistosa: si estamos ante un cliente que no es habitualmente moroso, podemos recordarle la obligación de pagar la deuda por vía amistosa, mediante una carta. Muchas veces este gesto tan simple funciona.
  • Ofrecer formas alternativas de pago: si el cliente moroso tiene voluntad de pagar, podemos ofrecerle un pago fraccionado o aplazado, previa firma de un contrato de reconocimiento de deuda.
  • Perdonar parte de la deuda: en algunos casos, la única opción para cobrar la deuda es llegar a un acuerdo para perdonar parte de la misma, asegurándose de cobrar el resto.
  • Reclamar la deuda por burofax: si los intentos anteriores no funcionan y las cosas se ponen serias, es hora de enviar un burofax para probar que el deudor ha sido notificado de la deuda y del plazo para saldarla.
  • Recurrir a las listas de morosos: amenazar a un cliente que no paga sus deudas con incluirlo en una lista pública de morosos, puede ser una forma muy efectiva de presión para cobrar una deuda.

Si todos estos intentos extrajudiciales fallan, quedaría recurrir a la vía judicial, optando inicialmente por un procedimiento monitorio, que permite reclamar cualquier deuda vencida y exigible (demostrable) por vía judicial, pero sin acudir a un juicio ordinario. Si esta opción también falla, habría que plantearse interponer una demanda judicial, que es la opción más costosa, por lo que sólo es recomendable para deudas de una cuantía importante.

Existe no obstante otra vía antes de acudir a los tribunales: ante este tipo de situaciones, es recomendable acudir a  empresas especializadas en la gestión de deudas y el cobro de morosos que ofrecen sus servicios y su experiencia; ellos se encargaran de asesorarte y realizar las gestiones necesarias tanto por vía extrajudicial como si fuera necesario iniciar un procedimiento judicial para que recuperes tu dinero. Es justo lo que hacemos en PayPymes, donde tenemos más de 20 años de experiencia ayudando a todo tipo de empresas, pymes y autónomos a cobrar sus deudas, ofreciendo además asesoramiento sobre medidas para el control de la morosidad. Contacta con nosotros: seguro que podemos ayudarte.